Tu ausencia
me invita a soñar
que no te has ido,
que entrarás por la puerta
en cada momento,
que mi nombre
humedecerá tus labios
al rebramar.
Soy como de barro,
me endurezco poco apoco
y a cada lágrima viva
que besa mi rostro
me arrastro al fondo
y mientras ,espero.
Ya no suena el bandoneón
ni tu voz,
solo el silencio
rememora tu presencia
Y al alba,
al despertar,
te me vas de mi lado,
entre mis manos
como un suspiro de tiempo ingrávido.
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